¡Michelle Bachellet y la Nueva Mayoría deben aclarar su actitud respecto del conflicto venezolano y la escalada golpista que le amenaza!
Unidad Comunista se declara solidaria con los procesos de liberación y de soberanía de los pueblos de América y del mundo. Somos internacionalistas y nuestra primera patria es la Humanidad. Sobre la base de este principio, no podemos callar ante las manifestaciones de los partidos concertacionistas, hoy agrupados en la Nueva Mayoría, que se han pronunciado en apoyo a las pretensiones golpistas de la derecha venezolana como vía para la re-instauración del orden oligárquico y neoliberal.
Repudiamos las intervenciones de dirigentes y parlamentarios del PPD, del PRSD y del PS, así como las declaraciones oficiales del PDC chileno. En sus expresiones se sitúan claramente del lado de los activistas violentos que actúan apoyados por el gobierno de Estados Unidos de Norte América. Estos políticos comparten el criterio general de la derecha respecto de que el gobierno del Presidente Maduro debe ser derrocado. Reeditan de esta manera una acción abierta y vergonzosa ya practicada durante los hechos que condujeron al golpe de Estado de 2002 contra el presidente constitucional Hugo Chávez. Recordemos que esa actitud de apoyo al golpe antidemocrático fue encabezada por el gobierno del Presidente Ricardo Lagos (PS-PPD) y por su vocera, Soledad Alvear (PDC). Una acción vergonzosa que tuvo que recular cuando el mismo pueblo venezolano se alzó para reponer al gobierno constitucional.
Los argumentos de estos partidos de la Nueva Mayoría, no distan en el fondo de lo que declaran y hacen los partidos de la Alianza por Chile, pretendiendo juzgar de “dictadura” o de “represivo” al gobierno bolivariano. La desfachatez de estas declaraciones –que, sin duda, deben acompañarse de acciones materiales no reconocidas públicamente, como lo hicieran durante aquel triste espectáculo internacional dado por Chile en 2002- no tienen parangón alguno con las realidades de América. Esto es así no solamente porque está claramente demostrado el carácter democrático de Venezuela, incomparablemente superior al régimen legal y político que heredamos de la dictadura pinochetista; es así también porque estos partidos de la Nueva Mayoría no han tenido boca para referirse al régimen narcoterrorista de Colombia, donde una reciente huelga agraria costó la vida a por lo menos 40 ciudadanos, incluida la desaparición de personas, y cuya represión dejara cientos de prisioneros y miles de heridos.Ninguna acción concreta han realizado respecto de los golpes antidemocráticos efectuados contra los gobiernos de Honduras y Paraguay. Nada dicen respecto de la política internacional de Estados Unidos, permitiendo así sus planes de intromisión en los países de nuestro continente, o respecto de la humillante e ilegal existencia del campo de prisioneros de Guantánamo que mantiene este paísen la isla de Cuba, de donde se conocen las mayores atrocidades contra los derechos humanos. ¿Qué clase de demócratas son éstos que ven dictadura en una Venezuela donde se ejerce el derecho a manifestación libre y donde existen plenas garantías para la opinión y los medios, y en donde, además, existe el más amplio ejercicio del voto, siendo éste el país que más consultas populares realiza en América Latina, con una altísima participación? ¿Qué clase de demócratas son estos que no ven violaciones de los derechos humanos ni atentados contra el derecho de participación y de opinión, en países donde la ausencia de democracia reina con más violencia? Estos partidos terminan demostrando que tienen intereses comunes con una oligarquía rabiosa que pugna por re-instaurar los privilegios y el poder que han perdido, justamente a causa de las hondas crisis provocadas por la corrupción y la injusticia social de sus administraciones. Y esto mismo explica su satisfacción con la instalación del Fuerte Aguayo en Concón, base militar estadounidense emplazada en territorio chileno y creado con el fin de preparar la intervención militar en situaciones urbanas contra la población civil.
No es de extrañar la actitud del PDC, miembro de la internacional falangista, socio también del derechista y franquista Partido Popular de España, y similar del derechista COPEI, que participara de las administraciones venezolanas neoliberales hasta la crisis más grave del país. Este partido que apoyó el golpe militar en nuestro propio país, para lo que recibió de la CIA norteamericana la más cuantiosa suma de dineros, según señala el Informe Church del Senado estadounidense. De nada sirven los alegatos posteriores de que “el reino de los Cielos le pertenece a los arrepentidos”, puesto que nunca se han arrepentido en verdad. Han huido de los juicios respecto de su función delatora,que le costó la vida a muchos chilenos; han guardado un conveniente silencio respecto de su participación en la administración del país durante los primeros días de una dictadura repudiada mundialmente; de nada sirve que se laven las manos como Poncio Pilatos, cuando siguen siendo promotores y defensores enconados de la peor herencia del pinochetismo: el modelo neoliberal y la Constitución dictatorial. Por otra parte, la actitud de supuestos“progresistas” y “socialistas” chilenos del PPD, del PRSD y del PS como Rossi, Inzulza, Escalona, Vidal, Tarud, no es la mejor. Empinados en puestos de poderes eternos e involucrados con las grandes corporaciones, estos partidos adhieren a una “Internacional Socialista” en la que también milita el líder venezolano del Partido Voluntad Popular y fanático fascista, Leopoldo López, sabido colaborador del Pentágono para la política de sumisión de nuestro continente al imperialismo. Ellos deben ser indicados como lo que son, representantes de intereses ajenos, lobistas de las grandes empresas, privatizadores y vendedores de los intereses nacionales a las empresas trasnacionales, siervos de la Casa Blanca y acólitos del neoliberalismo, cuyo credo hoy peligra en países dignos como los de Venezuela, Ecuador, Bolivia y otros tantos.
En la actualidad, nuestro país está ad portas de una nueva administración de estos mismos partidos, bajo una segunda presidencia de Michelle Bachelet. Al pronunciarse los representantes de esta alianza política, han anunciado de manera anticipada su actitud pro golpista y derechista en materia internacional. A nosotros, los comunistas, nos parece de mínima gallardía y transparencia que la presidenta electa defina su posición y diga si está con los golpistas de siempre, que abundan en su alianza, o si estará por el respeto de las democracias, por la soberanía y la integración de los pueblos. El silencio de la señora Bachelet es una señal negativa, por cuanto otorga plena autoridad a las voces más reaccionarias de la Nueva Mayoría y sugiere que su gobierno en materia internacional se alineará con la ultra derecha y con una oligarquía que actualmente se vuelca desesperada a recuperar el control de los países y de sus fuentes económicas, asolando de esta manera a sus pueblos que necesitan gozar soberanamente de sus riquezas y de sus bienes.
UNIDAD COMUNISTA